Es una magnitud termodinámica, simbolizada con la letra H
mayúscula, cuya variación expresa una medida de la cantidad de energía
absorbida o cedida por un sistema termodinámico, es decir, la cantidad de
energía que un sistema puede intercambiar con su entorno.
En la historia de la termodinámica se han utilizado
distintos términos para denotar lo que hoy conocemos como entalpía de un
sistema. Originalmente se pensó que la palabra «entalpía» fue creada por Emile
Clapeyron y Rudolf Clausius a través de la publicación de la relación de
Clausius- Clapeyron en The Mollier Steam Tables and Diagrams de 1827, pero el
primero que definió y
Utilizó término entalpía fue el holandés Heike Kamerlingh
Onnes, a principios del siglo XX. En palabras más concretas, es una función de
estado de la termodinámica donde la variación permite expresar la cantidad de
calor puesto en juego durante una transformación isobárica (es decir, a presión
constante) en un sistema termodinámico (teniendo en cuenta que todo objeto
conocido puede ser entendido como un sistema termodinámico), transformación en
el curso de la cual se puede recibir o aportar energía (por ejemplo la
utilizada para un trabajo mecánico). En este sentido la entalpía es
numéricamente igual al calor intercambiado con el ambiente exterior al sistema
en cuestión.
Usualmente la entalpía se mide, dentro del Sistema
Internacional de Unidades, en joule.
El caso más típico de entalpía es la llamada entalpía
termodinámica. De ésta, cabe distinguir la función de Gibbs, que se corresponde
con la entalpía libre, mientras que la entalpía molar es aquella que representa
un mol de la sustancia constituyente del sistema.
Dr Flores Balseca, Separatas de biofìsica, 2014, págs.
36,37,39 ).
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