miércoles, 27 de febrero de 2019

Estudiantes de Medicina

Dr. Cecil Hugo Flores Balseca  
Primer semestre
Biofísica grupo #12
Kleber Juner Torres Cevallos
Kenya Denisse Rangel Hidalgo
Emanuel Wilson Merino Quimi

domingo, 24 de febrero de 2019

ESTRUCTURA Y GENERACIÓN DEL TUBO DE COOLIDGE



El tubo de rayos X consta de un cátodo, cuya función es emitir electrones hacia el ánodo. En los tubos modernos, el cátodo es un filamento, habitualmente de wolframio, calentado por medio de una corriente eléctrica de unos pocos amperios. Una porción de los electrones que circulan por el filamento se desprenden debido al efecto termoiónico. El haz de electrones emitido por el cátodo se acelera mediante una fuente de alto voltaje alterna —por ejemplo, entre los 30 y 150 kV— Para mejorar el rendimiento de los tubos de rayos X y evitar que la corriente fluya hacia el cátodo y destruya el filamento durante el ciclo de voltaje inverso se usan rectificadores.


Al colisionar contra el ánodo los electrones del haz ceden su energía al material, resultando en la emisión de rayos X mediante dos procesos: Por un lado, los electrones del haz pueden impartir la suficiente energía a los electrones del ánodo para que puedan escapar a la atracción del núcleo y abandonar su nivel atómico. Los electrones de niveles de energía superiores ocupan el nivel vacío, emitiendo fluorescencia o línea de emisión característica de energía igual a la diferencia entre los dos niveles atómicos. Por otro lado, los electrones de haz también pueden ser desviados de su trayectoria por el campo eléctrico de los núcleos atómicos del ánodo, emitiendo Bremsstrahlung o radiación de frenado, de espectro continuo, con la energía máxima igual al voltaje del tubo. Alrededor de un 1 % de la energía del haz es emitida en forma de radiación por estos procesos, predominantemente en la dirección perpendicular a la del haz de electrones. 


El espectro de rayos X emitidos por el tubo depende del material del ánodo y del voltaje de aceleración aplicado. El resto de la energía se desprende en forma de calor, por lo que el ánodo debe estar refrigerado, mediante agua o aceite. El diseño del ánodo es importante para limitar su calentamiento, lo que permite incrementar la intensidad del haz de electrones y reducir el foco o área de impacto en al ánodo, con la consiguiente mejora de las características de los rayos X emitidos. El ánodo es un metal de alto número atómico Z, lo que mejora la eficiencia del tubo. El wolframio se usa para muchas aplicaciones, debido a su alto punto de fusión y resistencia a la evaporación, bien en estado puro o en aleación con renio. También se utilizan los ánodos de molibdeno para ciertas aplicaciones donde se precisan rayos X de menor energía, como las mamografías. Para los experimentos de difracción de rayos X también son comunes los ánodos de cobre y cobalto.


Los rayos X.- Imprescindibles para conocer la estructura interna de los cristales, la radiación X es una de las sondas más importantes en ciencia, para el estudio de los niveles de organización microestructural de los materiales:“Es luz que ilumina y ve átomos”. Los equipos que se utilizan en los laboratorios de Cristalografía para producir rayos X disponen de un generador de alta tensión (» 50.000 V) que se suministra al llamado TUBO DE RAYOS X. Estos tubos constan de un bulbo de vidrio a alto vacío, con dos electrodos a los que se conecta el alto voltaje. El electrodo negativo (cátodo) contiene un filamento emisor de electrones, dispuesto de forma que los electrones emitidos se enfocan a una pequeña región del electrodo positivo (ánodo).El alto voltaje aplicado acelera los electrones catódicos a altas velocidades y hace que adquieran la energía correspondiente a dicho voltaje. Cuando llegan al ánodo, se frenan bruscamente contra él y hacen que éste emita rayos X y calor.

https://www.coursehero.com/file/29115370/ESTRUCTURA-Y-GENERACI%C3%93N-DEL-TUBO-DE-COOLIDGEdocx/

RAYOS X




Los rayos X, o radiografía, de los huesos utilizan una dosis muy pequeña de radiación ionizante para producir imágenes de cada hueso del cuerpo. Se utiliza comúnmente para diagnosticar huesos fracturados o dislocación de articulaciones. Las radiografías de huesos son la forma más rápida y fácil para su médico de ver y evaluar fracturas de hueso, lesiones, y anormalidades en las articulaciones. Este examen requiere de poco o nada de preparación especial. Hable con su doctor y con el tecnólogo si existe alguna posibilidad de que esté embarazada. Deje las joyas en casa y vista ropa suelta y cómoda. Se le podría pedir que se ponga una bata durante el examen.


Un rayos X (radiografía) es un examen médico no invasivo que ayuda a los médicos a diagnosticar y tratar las condiciones médicas. La toma de imágenes con rayos X supone la exposición de una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo. Los rayos X son la forma más antigua y de uso más frecuente para producir imágenes médicas. Una radiografía ósea toma imágenes de cualquier hueso en el cuerpo, incluyendo la mano, muñeca, brazo, codo, hombro, columna, pelvis, cadera, muslo, rodilla, pierna (espinilla), tobillo o pie.


Una radiografía ósea se utiliza para:


  • diagnosticar huesos fracturados o dislocación de una articulación.
  • demostrar la alineación y estabilización correcta de fragmentos óseos posterior al tratamiento de una fractura.
  • guiar la cirugía ortopédica, como por ejemplo la reparación/fusión de la columna, reemplazo de articulaciones y reducción de fracturas.
  • buscar lesiones, infecciones, signos de artritis, crecimientos óseos anormales o cambios óseos observados en las afecciones metabólicas.
  • asistir en la detección y el diagnóstico de cáncer de hueso.
  • localizar objetos extraños en los tejidos blandos que rodean los huesos o en los huesos.


La mayoría de las radiografías óseas no requieren de una preparación especial. Se le puede solicitar que se quite parte de su vestimenta y que utilice una bata durante el examen. También se le puede solicitar que se quite joyas, dentaduras removibles, lentes y cualquier objeto de metal o vestimenta que pueda interferir con las imágenes de rayos X. Las mujeres siempre deben informar a su médico y al tecnólogo de rayos X si existe la posibilidad de embarazo. Muchos exámenes por imágenes no se realizan durante el embarazo ya que la radiación puede ser peligrosa para el feto. En caso de que sea necesario el examen de rayos X, se tomarán precauciones para minimizar la exposición del bebé a la radiación. 


El equipo generalmente utilizado para las radiografías de hueso consiste en un tubo de rayos X suspendido sobre una mesa en la que se recuesta el paciente. Un cajón debajo de la mesa sostiene la película de rayos X o la placa de registro de imagen. A veces se toma el rayos X con el paciente parado de pie, como en los casos de rayos X de la rodilla. Una máquina portátil de rayos X es un aparato compacto que puede llevarse hasta la persona en la ama del hospital o a la sala de emergencias. El tubo de rayos X está conectado a un brazo flexible que se extiende sobre la persona, mientras que un portador de película de rayos X o la placa de registro de imágenes se ubica por debajo de la persona.


Los rayos X son una forma de radiación, como la luz o las ondas de radio. Los rayos X pasan a través de la mayoría de los objetos, incluso el cuerpo. Una vez que se encuentra cuidadosamente dirigida a la parte del cuerpo a examinar, una máquina de rayos X genera una pequeña cantidad de radiación que atraviesa el cuerpo, produciendo una imagen en película fotográfica o en detector especial. Los rayos X son absorbidos por diferentes partes del cuerpo en variables grados. Los huesos absorben gran parte de la radiación mientras que los tejidos blandos, como los músculos, la grasa y los órganos, permiten que más de los rayos X pasen a través de ellos. En consecuencia, los huesos aparecen blancos en los rayos X, mientras que los tejidos blandos se muestran en matices de gris y el aire aparece en negro.


Hasta muy recientemente, las imágenes de rayos X se almacenaban en la forma de grandes placas fotográficas (muy similar a un negativo fotográfico grande). Hoy en día, la mayoría de las imágenes son archivos digitales que se almacenan electrónicamente. Estas imágenes almacenadas son de fácil acceso y a menudo se comparan con las imágenes actuales de rayos X para el diagnóstico y la administración de enfermedades. Él tecnólogo, una persona especialmente capacitada para realizar los exámenes de radiología, posiciona al paciente en la mesa de rayos X y coloca el sostenedor de la película de rayos X o la placa de registro digital debajo de la mesa en el área del cuerpo de la que se tomará imágenes. En caso de ser necesario, se utilizarán sacos de arena, almohadas u otros dispositivos de posicionamiento para ayudarlo a mantener la posición correcta. Se colocará un delantal de plomo sobre el área pélvica o pechos de ser posible para protegerla de la radiación.


  • Usted debe permanecer inmóvil y se le puede solicitar que contenga la respiración por unos segundos mientras se toma la imagen de rayos X para reducir la posibilidad de que ésta resulte borrosa. El tecnólogo se dirigirá detrás de una pared o hacia la sala contigua para activar la máquina de rayos X.
  • Usted será reposicionado para otra visualización y el proceso se repite. Se tomarán por lo general dos o tres imágenes (de diferentes ángulos).
  • Se puede tomar una radiografía del miembro no afectado, o de la lámina epifisaria del niño (donde se forma el nuevo hueso) con fines comparativos.
  • Al completar el examen, se le podría pedir que espere hasta que el tecnólogo determine que se hayan obtenido todas las imágenes necesarias.
  • Una radiografía ósea por lo general se realiza en 5 a 10 minutos.


Una radiografía ósea no es un procedimiento doloroso. Puede experimentar incomodidad por la temperatura baja en la sala de examen. También puede encontrar incómodo mantenerse inmóvil en una posición en particular o recostarse en una mesa de examen dura, especialmente si se encuentra lesionado. El tecnólogo lo asistirá para que encuentre la posición más cómoda posible que garantice la mejor calidad de imágenes de rayos X .Un radiólogo, un médico específicamente capacitado para supervisar e interpretar los exámenes de radiología, analizará las imágenes y enviará un informe firmado a su médico remitente o de atención primaria, quien compartirá con usted los resultados.


Podría ser necesario llevar a cabo algunos exámenes de seguimiento. Su doctor le explicará la razón exacta por la cual se pide otro examen. Algunas veces se realiza un examen de seguimiento porque una posible anormalidad necesita una evaluación más exhaustiva con vistas adicionales o con una técnica de toma de imágenes especial. Un examen de seguimiento también puede ser necesario para que cualquier cambio en una anormalidad conocida pueda ser monitoreada a lo largo del tiempo. Los exámenes de seguimiento, a veces, son la mejor forma de ver si el tratamiento está funcionando, o si un hallazgo se mantiene estable o ha cambiado a lo largo del tiempo.
Beneficios


Las radiografías óseas reflejan la manera más rápida y fácil para un médico de visualizar y evaluar lesiones en los huesos, incluyendo fracturas y anormalidades en las articulaciones tales como la artritis. El equipo de rayos X es relativamente económico y se encuentra ampliamente disponible en las salas de emergencia, los consultorios médicos, los centros de atención médica ambulatoria, asilos y otras instituciones, lo que lo hace conveniente tanto para los pacientes como para los médicos. Teniendo en cuenta la rapidez y facilidad que brindan las imágenes de rayos X, es de especial utilidad en los casos de diagnóstico y tratamiento de emergencia. No queda radiación en el cuerpo de un paciente luego de realizar el examen de rayos X. Los rayos X por lo general no tienen efectos secundarios en el rango de diagnóstico típico para este examen.
Riesgos:


Siempre existe una leve probabilidad de tener cáncer como consecuencia de la exposición a la radiación. Sin embargo, el beneficio de un diagnóstico exacto es ampliamente mayor que el riesgo. La dosis efectiva de radiación de este procedimiento varía. Las mujeres siempre deberán informar a su médico o al tecnólogo de rayos X si existe la posibilidad de embarazo. Sobre la minimización de la exposición a la radiaciónSe debe tener especial cuidado durante los exámenes de rayos X en utilizar la mínima dosis posible de radiación y a la vez generar las mejores imágenes para la evaluación. 


Las organizaciones nacionales e internacionales de protección de la radiología revisan y actualizan constantemente las normas técnicas utilizadas por los profesionales en radiología. Los sistemas modernos de rayos X tienen haces de rayos X muy controlados y métodos de control de filtración para minimizar la desviación (dispersión) de la radiación. Esto garantiza que aquellas partes del cuerpo de las que no se toman imágenes reciban la mínima exposición posible a la radiación.


A pesar de que las imágenes de rayos X se encuentran entre las visualizaciones más detalladas y claras de los huesos, proporcionan poca información sobre los músculos, tendones o articulaciones. Una RMN puede ser de mayor utilidad para identificar lesiones en los huesos y articulaciones (ej., desgarros de meniscos y de ligamentos en la rodilla, desgarros del manguito rotador y del labum en el hombro) y en las imágenes de la columna (ya que tanto los huesos como la médula espinal pueden evaluarse). La RMN también puede detectar fracturas sutiles u ocultas, o moretones en los huesos (también llamados contusiones o microfracturas óseas) que no son visibles en las imágenes por rayos X.


La TC es de uso extensivo en la actualidad para evaluar pacientes traumáticos en los servicios de emergencia. La exploración por TC puede tomar imágenes de fracturas complicadas, fracturas sutiles y dislocaciones. En las pacientes de mayor edad o con osteoporosis, una factura de la cadera se verá claramente en una exploración por TC, mientras que se ve apenas o nada en una radiografía de la cadera. Si se sospecha lesión en la columna u otras lesiones complicadas, las imágenes TC tridimensionales y reconstruidas pueden obtenerse sin exposición adicional para ayudar en el diagnóstico y tratamiento de la condición del paciente individual. Las imágenes de ultrasonido, que utiliza ondas de sonido en lugar de radiación ionizante para producir imágenes de diagnóstico, también han sido útiles en relación con las lesiones alrededor de las articulaciones y en la evaluación de las caderas en los niños con problemas congénitos.

https://medlineplus.gov/spanish/xrays.html

RADIOACTIVIDAD




La semana pasada los medios de comunicación se encargaban de recordarnos que el 26 de abril se cumplía el XXX Aniversario de catástrofe nuclear de Chernóbil. Treinta años del día en que miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares, sus vidas, sus historias, sin mirar atrás y prácticamente con lo puesto, porque una prueba de potencia en el reactor número cuatro de la central ucraniana, desencadenó una reacción en su núcleo y provocó una explosión del hidrógeno acumulado en su interior.Un estallido que liberó enormes cantidades de materiales radioactivos como el dióxido de uranio, el erbio, el carburo de boro o aleaciones de circonio y grafito, entre otros, se estima que toda la energía liberada en estos 30 años es similar a 500 bombas nucleares como la que impactó contra Hiroshima el 6 de agosto de 1945.


El resultado de lo acontecido en Chernóbil fue la muerte directa de 31 personas, la evacuación de más de de 130.000 que jamás volverían a sus casas, 155.000 Km² se vieron afectados y una alarma internacional que todavía hoy lleva a muchos a dudar de las ventajas de la energía nuclear. Sin entrar en ese debate. La radioactividad es un fenómeno físico, advertido en 1896 por Henri Becquerel y estudiado en profundidad posteriormente por el matrimonio de Marie y Pierre Curie (los tres compartieron el Premio Nobel de Física en 1903). “


Como en todo, es la dosis la que marca la diferencia. El hecho de que los elementos radioactivos se puedan detectar por gammagrafía hace posible su utilización en una rama médica relativamente reciente: la medicina nuclear. Es empleada para el diagnóstico de enfermedades oncológicas, cardiacas, endocrinas, neurológicas, etc., permite técnicas no invasivas y no tiene efectos adversos (radiodiagnóstico) además también se emplea para tratar algunas dolencias (radioterapia).
El lado oscuro 


Los efectos negativos de la radioactividad se deben a su poder ionizante: cuando la radiación alcanza células vivas, con suficiente energía como para liberar electrones de las moléculas que componen la célula formando iones que consisten en moléculas con un número de electrones distinto al de protones. La presencia de estos iones lleva a que se interrumpa el funcionamiento normal de una célula. Es curioso, por ejemplo, como la glándula tiroides, situada en nuestro cuello, necesita del Yodo para su correcto funcionamiento. Por lo general se encuentra en distintos alimentos como la sal yodada, el marisco o el brócoli y no es radioactivo pero en un desastres como el de hace tres décadas se produce una enorme cantidad de Yodo Radiactivo que también puede ser asimilado por la tiroides.


Este Yodo, al ser radiactivo, queda acumulado en la glándula y periódicamente emite partículas alpha o beta que al estar muy cerca del cerebro daña las células del mismo, desarrollando cánceres y otras malformaciones. Es por eso que tras un accidente nuclear una de las primeras medidas que se toma es administrar pastillas de Yodo a la población ya que de esta forma la tiroides absorbe todo el que necesita y ya no absorbe el que haya podido generarse con características radioactivas. El daño más severo a la célula resulta cuando se daña al ADN y esto puede ocurrir de dos modos:


a. El agua en el cuerpo tiende a absorber una gran porción de radiación y se ioniza. Cuando el agua es ionizada, rápidamente forma moléculas altamente reactivas llamadas radicales libres. Estos radicales libres pueden reaccionar con la molécula y dañar al ADN de la molécula.


b. La radiación choca directamente contra el DNA de la molécula, ionizándolo y dañándolo.


El riesgo para la salud no sólo depende de la intensidad de la radiación y de la duración de la exposición, sino también del tipo de tejido afectado y de su capacidad de absorción. Por ejemplo, los órganos reproductores son 50 veces más sensibles que la piel. Los efectos muta génicos de la radiación fueron identificados por primera vez por Hermann Joseph Muller en 1927, investigación por la que recibió el Premio Nobel de Medicina en 1946.
Beneficios múltiples:


En el caso de la energía nuclear, entendida como aquella que aprovecha de manera controlada las distintas reacciones físicas de elementos radioactivos para uso humano mediante su transformación en energía eléctrica, térmica o mecánica, sus beneficios son múltiples siempre que se emplee bajo las condiciones de seguridad estipuladas. Permite, por ejemplo, reducir el empleo de combustibles fósiles y por tanto las emisiones de gases contaminantes, favorece la planificación energética dado que su generación no depende de elementos naturales (como sucede con las renovables) y su producción es más barata que otras. Ahora bien, un problema en las instalaciones, un fallo humano o un desastre natural puede acarrear la fuga de sustancias que, como hemos visto, afectan a las células vivas. “Y no solo ocurre durante el funcionamiento de las centrales nucleares sino que los residuos que generan siguen siendo radioactivos durante mucho tiempo.”(Fisiologia enfocada en clinica, 2013).


RADIACIONES: NATURALEZA Y PROPIEDADES




La astronomía contemporánea pretende recabar toda la información que llega a la Tierra de los distintos astros. En principio esta información nos llega a través de tres agentes físicos distintos: la radiación electromagnética, los neutrinos y las ondas gravitacionales. La astronomía se apoya casi en su totalidad en el estudio de la radiación electromagnética y son contados los detectores astronómicos de otros tipos de radiación.

Radiación electromagnética:



Los distintos tipos de radiación electromagnética forman lo que se denomina el espectro electromagnético que está constituido por: las ondas de radio, las microondas, la luz infrarroja, visible y ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma. Cada uno de estos tipos de radiación se distingue por un parámetro físico denominado longitud de onda (la astrofísica frecuentemente maneja parámetros equivalentes como la frecuencia, o la energía. Radiación de menor longitud de onda tiene mayor frecuecia y energía). El otro parámetro que caracteriza a una onda electromagnética es el grado y tipo de polarización.


La atmósfera terrestre repele o absorbe algunos de estos tipos de radiación, notablemente la mayor parte del ultravioleta y los rayos X, permitiendo el trabajo astronómico desde observatorios en la Tierra de ondas de radio, microondas, infrarrojo cercano, luz visible, ultravioleta cercano y rayos gamma de muy alta energía. La detección de cada tipo de radiación electromagnética requiere de distinto tipo de instrumentos. Excluyendo los instrumentos que deben operar desde el espacio, se tienen los siguientes tipos de telescopios: 
  • Telescopios ópticos: estos trabajan con luz visible y en infrarrojo cercano y ultravioleta cercano. La región del espectro va aproximadamente de 300 nm a 1000 nm (1nm o nanómetro =0.000000001m).
  • Radiotelescopios: antenas receptoras de radio que trabajan a longitudes de onda típicamente entre 1 metro y 1 cm.
  • Telescopios milimétricos: llamados así ya que operan a longitudes de onda de alrededor de 1 mm, que corresponden a las microondas.
  • Telescopios Cerenkov: observan la interacción de rayos gamma de muy alta energía con la atmósfera terrestre.


La luz que vemos con nuestros ojos está generalmente formada por una superposición de luz azul (longitud de onda de 450 nm), luz amarilla (longitud de onda de 550 nm) y luz roja (longitud de onda de 650 nm). Los astrónomos frecuentemente separan estos colores, o componentes espectrales, y los estudian por separado. Filtros de alta calidad permiten recibir luz con longitudes de onda en un rango de unos 100 nm centrados en un color dado. Mediante el uso de elementos dispersores, originalmente prismas, es posible separar la radiación en distintas longitudes de onda, en intervalos menores que 0.1nm. 


El análisis de las componentes espectrales de la luz es de extraordinaria relevancia en astronomía, ya que los átomos que representan a los distintos elementos químicos tienen la particularidad de emitir luz en longitudes de onda muy precisas: así el hidrógeno, por ejemplo, emite luz en varias longitudes de onda definidas como son 656.1 nm (rojo), 486.0 nm (azul), 396.9 nm (ultravioleta cercano), 121.5 nm (ultravioleta lejano), entre otras. Esta emisión se denomina emisión de líneas espectrales y cada elemento tiene sus propias líneas que lo caracterizan. “La identificación de estas líneas en astronomía es la base de la espectroscopía que nos permite conocer la composición química de los astros con tan solo estudiar su luz. El estudio de la forma de las líneas nos permite conocer el estado de temperatura, densidad y movimiento del objeto bajo estudio.”.
Neutrinos y radiación gravitacional:


Los neutrinos son partículas sin carga ni masa que proporcionan información distinta de los astros que la aportada por la radiación electromagnética. Su bajo grado de absorción por la materia les permite viajar directamente del centro de las estrellas, donde son producidos en reacciones nucleares. Dada la dificultad que hay para detectar estas partículas, la astronomía de neutrinos está apenas en sus albores. La radiación gravitacional es debida a masas en movimiento que interaccionan en un campo gravitacional. Su detección va más allá de la tecnología implementada a la fecha. Sin embargo, la información que en principio puede obtenerse de este tipo de radiación es altamente valiosa y existe interés por parte de la comunidad astronómica internacional por desarrollar detectores de ondas gravitacionales con el propósito de detectarlas directamente y así confirmar su existencia.


ORIGEN DE LAS RADIACIONES


El origen de las radiaciones ionizantes puede localizarse en:
·         Radiactividad natural. Resulta de la inestabilidad intrínseca de una serie de átomos presentes en la Naturaleza (uranio, torio, etc.), así como la procedente de rayos cósmicos --ésta última exposición es mayor en los asiduos al avión--.
·         Radiactividad incorporada en alimentos, bebidas, etc. Los crustáceos y moluscos marinos (mejillones, chirlas, almejas) la concentran especialmente.
·         Procedimientos médicos (radiografías, etc.). Son la fuente principal de radiación artificial en la población general.
·         "Basura nuclear". Los materiales de desecho radiactivos de la industria nuclear, los hospitales y los centros de investigación.
·         el Radón. Gas procedente del uranio, que se encuentra de forma natural en la tierra. Procede de materiales de construcción, abonos fosfatados, componentes de radioemisores, detectores de humos, gas natural en los hogares, etc. El grado de exposición al radón aumenta notablemente en sitios cerrados y domicilios con buen aislamiento térmico.
·         Exposición profesional. En España se incluyen en esta categoría unas 60.000 personas. El 95% recibe dosis diez veces por debajo del límite permitido.
·         Explosiones nucleares. Accidentales, bélicas o experimentales.

Radiaciones Ionizantes y cáncer:

Las radiaciones ionizantes se comportan como un cancerígeno demostrado, dosis-dependiente y sin un umbral para la que pequeñas carcinogénesis; es decir, dosis, incluso cotidianas, pueden desencadenar un cáncer al acumularse. Cuando se trata de exposición a grandes dosis, el perfil temporal del riesgo difiere según el tipo de cáncer: para la leucemia el riesgo aumenta rápidamente en los primeros años, declinando después; en los tumores sólidos el riesgo aumenta lentamente con el paso del tiempo. Sobre la población general, y excluida la radiación procedente de radiografías y exploraciones médicas, el mayor riesgo exposicional procede de la desintegración del uranio en radón. Aunque no es posible evitar por completo la exposición domiciliaria a radón, sí que puede ser disminuida; la simple ventilación de las casas disminuye drásticamente los niveles de radón en su interior.

Radiaciones ultravioleta:

La radiación ultravioleta forma parte del llamado espectro electromagnético, con escaso poder ionizante, debido a su baja energía. En la clasificación de las radiaciones, se encuentran situadas a caballo con las no ionizantes. En su espectro se distinguen tres zonas en razón de su energía:
·         UVA (o de onda larga): 320 a 400 nm. Los de menor frecuencia y energía.
·         UVB (o de onda media): 320 a 290 nm.
·         UVC (o de onda corta): 290 a 200 nm. Por su mayor energía, son los más peligrosos para la salud.
Las fuentes de radiación ultravioleta son naturales (el sol) y artificiales (hospitales, industrias, cosmética, etc). La radiación UVC no alcanza la superficie terrestre, ya que queda retenida por la capa de ozono en la estratosfera. La radiación natural que nos llega es por tanto UVA y UVB. El efecto cancerígeno de los rayos UV está ligado a la longitud de onda. Los dos principales factores de riesgo para el cáncer de piel son la exposición a la radiación UV, y el tipo de piel, con más riesgo en personas con tipo de piel clara y menos en las más pigmentadas.
         Los rayos UV tienen efecto carcinógeno directo, iniciador y promotor sobre la piel, influyendo en el desarrollo de tanto de epiteliomas como de melanomas. En los primeros parece más importante la radiación de fondo, acumulativa --ocupacional, por ejemplo--. En los melanomas tendría mayor efecto la exposición intermitente, recreacional. El espectro UVB de la radiación solar posee la mayor potencia de inducción de cáncer de piel, ya que induce daño estructural en el ADN celular, al mismo tiempo que estimula la proliferación de la epidermis. Estimaciones recientes han calculado que por cada reducción de un 1% en la capa de ozono, la radiación UVB/UVC aumentará en un 2% y el cáncer de piel en un 2 a 6 %.


RADIACIÓN Y RADIOBIOLOGÍA




La radiobiología es la ciencia que estudia los efectos de la radiación ionizante sobre el tejido biológico, su objetivo es la descripción exacta de los efectos de la radiación en los seres humanos, para que así pueda utilizarse con más seguridad en el diagnóstico y más efectiva en el tratamiento. 
Fenómenos radiobiológicos y sus etapas:


Los fenómenos que se producen en el organismo tras la absorción de la energía de las radiaciones ionizantes son tanto las lesiones producidas como los mecanismos de reparación de las lesiones de las lesiones. La acción de las radiaciones ionizantes sobre el organismo está marcada por una serie de principios generales.

Efectos biológicos:



Cada elemento atómico se caracteriza por su número de protones, que es constante; pero puede presentar distinto número de neutrones, y el número de éstos es lo que define a los diferentes isótopos de cada elemento químico. Muchos isótopos son inestables, y pueden cambiar su número másico (suma de neutrones y protones) por emisión de partículas. Dependiendo de qué tipo de partículas se emitan, hablamos de radiación alfa, beta o gamma, con distinta interacción sobre la materia.


La radiación alfa queda frenada en las capas exteriores de la piel, y no es peligrosa, a menos que se introduzca directamente a través de heridas, alimentos, etc. La radiación beta es más penetrante, introduciéndose uno o dos centímetros en los tejidos vivos. La radiación gamma, o radiación electromagnética de alta energía, es capaz de penetrar profundamente en los tejidos; sin embargo, libera menos energía en el tejido que el alfa o la beta. Éstas interaccionan con los átomos y moléculas que se van encontrando a su paso, lo que es mucho más nocivo. La radiactividad de un isótopo puede medirse, así como la dosis absorbida de radiación ionizante en un tejido determinado.